En la actualidad, la autolesión, es una práctica bastante habitual entre adolescentes.
En los últimos años el porcentaje de jóvenes con edades comprendidas entre 12 y 18 años que se autolesionan, ha aumentado considerablemente. Cada vez son más las familias que observan cortes, quemaduras o golpes en manos, brazos o muslos de sus hijos/as.
El problema muchas veces, es que no se habla de ello. Tratamos las autolesiones como un tema tabú, y muchos/as jóvenes recurren a las redes sociales para informarse, donde sin ningún filtro, se viralizan imágenes, retos y se da un valor reconfortante y sanador a este tipo de lesiones hacía uno/a mismo/a.
Tú mismo/a seguramente te hayas planteado alguna de las siguientes dudas ¿Las autolesiones se han convertido en una moda? ¿Son las autolesiones indicios de un suicidio?, ¿Qué tengo que hacer si observo que mi hijo/a o alguien cercano se hace cortes?
Antes de que tu hijo/a recurra a las redes sociales para investigar sobre este tipo de práctica, te traigo este artículo donde te explico 5 cosas que debes saber sobre las autolesiones en adolescentes, para que seas tú la persona que le pueda comprender y ayudar.
¿Qué significa autolesionarse?
Una autolesión, es cualquier comportamiento en el que una persona se causa daño a sí misma. Generalmente realiza esta conducta para mitigar o aliviar rápidamente alguna emoción, sentimiento o pensamiento que le atormenta y para el que no encuentra otra solución o vía de escape.
Existen diferentes formas de autolesionarse, entre las más frecuentes se encuentran las siguientes:
- Realizarse cortes (esta técnica recibe el nombre de cutting). Se realizan habitualmente en muñecas, brazos, caderas o muslos.
- Quemaduras con cigarros, mecheros y llamas.
- Golpearse o rascarse fuertemente la piel.
- Arrancarse el pelo. Puede ser de la cabeza, pestañas o cejas.
- Morderse.
¿Por qué los/as adolescentes se autolesionan?
Autolesiones como Regulación emocional
El/la adolescente se autolesiona como forma de aliviar una acumulación de pensamientos negativos o emociones que le hacen sentirse angustiado/a.
Te parecerá algo incomprensible, pero el adolescente a través de este dolor físico intenta distraer su dolor emocional, un dolor emocional que vive de forma intensa, que es difícil de tolerar y soportar.
El dolor emocional es vivido como un dolor que no pueden controlar, un dolor al que no pueden poner límites, por eso recurre al dolor físico. Cuando se realizan un corte, quemadura o golpe, son capaces de controlar esa situación y ellos mismos ponen el límite del dolor que quieren llegar a sentir. Prefieren sentir dolor físico a sentir dolor emocional.
Normalmente, estas autolesiones comienzan como una conducta impulsiva. Un día se sienten angustiados/as o perturbados/as y deciden realizarse un corte. De repente su dolor emocional se calma por segundos. Esta sensación es instantánea, pero no dura para siempre. Tras la autolesión, llegan a posteriori, sentimientos de culpa, vergüenza, rechazo y soledad. Estos sentimientos le hacen sentirse más angustiado/a, por lo que decide volverse a autolesionar, creando un círculo vicioso.
Autolesiones como Búsqueda de sensaciones
Otras veces encontramos situaciones en las que el adolescente se siente anestesiado o mermado por estas emociones incontrolables e insoportables, por lo que infringirse dolor, le lleva a sentirse vivo. Quiere sentir dolor porque ya no es capaz de sentir nada.
Autolesiones como Autocastigo
Otra causa puede ser el autocastigo, el adolescente cree que es merecedor del dolor que se provoca.
Podemos concluir que en todas ellas, el/la adolescente que se autolesiona muestra dificultad para regular y gestionar sus emociones y pensamientos, aún no tiene las herramientas ni las estrategias de afrontamiento adecuadas para controlarlas y recurre al dolor físico como una herramienta rápida y al alcance.
¿La autolesión tiene que ver con el suicidio?
Generalmente, los/as adolescentes que se autolesionan, no quieren acabar con su vida. Se infringen dolor como forma de torturarse y no como forma permanente de acabar con su vida. Lo hacen para mantener a salvo su integridad psicológica, es decir, es una manera de “no suicidarse”. Aunque hay que destacar que a veces cortes profundos en las muñecas pueden llegar a acabar con la vida de una persona, sobre todo, si se encuentra bajo los efectos de alcohol o drogas, donde la capacidad para controlar la situación disminuye.
Podemos señalar alguna diferencia, que nos ayude a distinguir una autolesión de un gesto suicida. Las autolesiones responden a estados emocionales de ira o angustia más repentinos, se emplean métodos menos peligrosos y se recurre a ellas de forma más repetitiva, por el contrario, los gestos suicidas se corresponden a pensamientos de desesperanza crónicos, más persistentes en el tiempo, y se emplea un método más grave y planificado.
¿Si mi hijo/a se autolesiona quiere decir que está loco?
Autolesionarse no siempre conlleva padecer un trastorno mental. Los/as adolescentes que se autolesionan, entienden que hacerse daño es una estrategia de afrontamiento que sirve para evadirse o calmar sus emociones. No está loco/a, está sufriendo y la única forma de alivio es hacerse daño.
¿Qué hay que hacer cuando un adolescente se autolesiona?
1. Ante una autolesión Entiende su conducta
No te pido que aceptes la conducta, sino que, la entiendas. Tras leer este artículo, entiende que tu hijo/a utiliza esta herramienta como cualquier otra para gestionar y regular sus emociones.
2. Ante una autolesión No evites hablar del tema
Demuéstrale que estas dispuesto/a a escucharle/la y a hablar sobre ello. Sin culpabilizar, sin juzgar y sin interrumpir.
Si tienes la impresión de que tu hijo/a se está autolesionando, da el primer paso. Si quiere hablar sobre ello valida lo valiente que es al reconocer que realiza este tipo de conducta. Si por el contrario no quiere hablar, no le presiones, deja pasar unos días y muéstrate accesible.
3. Ante una autolesión Valida sus emociones
Comprende cómo se siente y házselo saber. Comunícale que entiendes que se pueda sentir así de mal. Evita comentarios del tipo “cómo puedes estar así por esa tontería”. “hay personas que lo pasan peor que tú”, “eso no es un problema”. Con este tipo de comentarios le haces sentirse incomprendido/a y pierdes la oportunidad de poder conectar con tu hijo/a para poder ayudarle.
4. Ante una autolesión No le des un "Ultimátum"
Decirle “Deja de hacerlo o sino…” puede dar lugar a que se aísle más, y volverá a realizar la conducta sin contarte nada. Los castigos tampoco son buena opción, ya que alimentan el odio hacía sí mismo y la irritabilidad.
5. Ante una autolesión no restes importancia
Muchas familias piensan que es una llamada de atención y lo dejan pasar. No lo veas como una llamada de atención, sino como una forma de expresar que le pasa algo. Si verdaderamente necesita hacerse daño para llamar tu atención, existe un problema de base entre ambos que tenéis que hablar y gestionar.
Déjale claro con tu actitud que no tiene que recurrir a las autolesiones para conseguir que tú le muestres más atención y cariño. Además invalidando la conducta y restando importancia, lo único que podemos conseguir, es que se realice una autolesión mayor, llegando de forma involuntaria a cometer un error y quitarse la vida.
6. Ante una autolesión Ofrécele ayuda
Ofrécele ayuda para buscar apoyo profesional por parte de un psicólogo/a, permítele que tome la decisión y muéstrate esperanzado/a y positivo/a, haciéndole saber que las cosas mejorarán y que la recuperación es posible.
Espero que este artículo te haya servido para aclarar dudas y entender un poco más el sufrimiento por el que pasan algunos/as jóvenes.
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